
Origen de Epecuén: cómo alcanzó la gloria
20 de Octubre de 2023
por Paulina Cáceres
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Todos conocemos el pueblo que, en su mejor momento, quedó tapado bajo el agua. Pero, ¿conoces la historia de cómo surgió?
Durante mucho tiempo, la zona había sido habitada por aborígenes, quienes se beneficiaban de las propiedades curativas del lago Epecuén. Luego, en la década de 1870, la zona fue ocupada por Lavalle y sus tropas, quienes fundaron la ciudad de Carhué. En un primer momento la bautizaron como Adolfo Alsina, en honor al ministro de guerra que había hecho la campaña al desierto, pero tiempo más tarde el partido adoptó ese nombre y la ciudad conservó el nombre mapuche Carhué.
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En sus inicios, fue el destino preferido de los habitantes de la zona, que solían disfrutar de un tiempo de relajación en un sitio destacado por su belleza y el creciente rumor de que las aguas tenían poderes sanadores. La llegada del ferrocarril en 1899 potenció aún más el turismo. En aquel año, junto a la localidad vecina de Carhué, fueron desbordadas por una gran oleada de visitantes. Era el paraíso.
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Además de sus bellos paisajes, otro de los aspectos fundamentales de su crecimiento fue el rumor de que las aguas supuestamente tenían poderes sanadores, rumor que fue confirmado por especialistas, ya que luego de un estudio científico descubrieron que gracias a la alta concentración de minerales este agua tenia la capacidad de sanar enfermedades reumáticas y de la piel.
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De esta manera, lo que hasta el momento era un sitio turístico asistido por los aledanos se convirtió en un refugio de las familias más adineradas de Capital Federal y de distintos puntos del país. Según los registros de la época, Epecuén pasó a competir como el destino más visitado de Argentina junto a Mar del Plata.
En enero de 1921 se fundó el Balneario de Epecuén, Arturo Vatteone había sido el encargado de inaugurar las preciadas costas del lugar y, en ese entonces, denominó al sitio como “Mar de Epecuén”. Desde aquel entonces, la popularidad fue creciendo notablemente con el correr de los años.
“Epecuén vivía por y para el turista; tenías todo lo que se te ocurra a cualquier hora. Todo funcionaba el día entero. Todo el que nacía en Epecuén sabía lo que significaba y lo que quería el turista”, comentó Viviana. Así, el lugar se convirtió en un exclusivo destino que recibía a la aristocracia del país.
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